11/29/2006

La fosa común

Despertó de la pesadilla y notó que un sudor frío le recorría la frente, se estremeció y se secó el sudor con el sarape en el que estaba envuelto. “que horror”, pensó, sentía más un miedo racional que el temblor propio del pánico. Trató de recordar lo que había sucedido en las últimas semanas pero todo estaba borroso, eran apenas recuerdos en imágenes que se le presentaban indiscriminadamente y sin una secuencia temporal, se tranquilizó un poco y trató de reconstruir los hechos comenzando por averiguar dónde estaba, se levantó y encendió un cerillo que tenía en la bolsa del pantalón; la luz tenue que arrojaba e fuego no alcanzaba a mostrar ninguna silueta clara, todo estaba lleno de sutiles y sugestivas figuras, notó que el aire era denso y había un desagradable olor a establo, caminó algunos pasos y se dio un severo golpe en la cabeza con una forma que no podía identificar, el pánico le sobrevino al ver que con lo que se acababa de topar despedía un desagradable olor cadavérico, para asegurarse echó hacia delante las manos y el cerillo que llevaba cayó apagándose, comenzó entonces a tentar las formas, con lo que se había golpeado tenía una extraña y nueva textura, la forma era blanda y fría, algo húmeda y en total repugnante, fue entonces cuando el asco le sobrevino, un mareo incontrolable seguido de las desgracias imaginativas lo hizo caer de bruces, al azotarse notó como lentamente se desvanecía y volvía al mundo de los sueños, antes de perder la totalidad del conocimiento comprendió que el hedor cadavérico procedía de sus mismas entrañas, era un cadáver más en una fosa común, un muerto que nadie reclamó, un vil cuerpo descomponiéndose, llenando su espacio con su maldita peste, estaba muerto.

4 Comments:

Blogger Rockdrigo Perez said...

Y dices no ser tan depresivo como aparentas ser...

6:05 p.m.  
Blogger Mongua said...

Ciertamente falta citar la fuente de tan extraño cuento. No está mal.

10:40 a.m.  
Blogger De-Scartes said...

la fuente de este cuento soy yo

5:10 a.m.  
Blogger Juan Manuel Escamilla said...

Eres lo suficientemente decadente como para escribir cuentos posmos. Supone la lectura de El túnel de Sartre. Y te sugiero la del Proceso de Kafka.

Oye, viejo, y un consejo: la depresión es adecuada. Pero no es lo mejor.

12:45 p.m.  

Publicar un comentario

<< Home